«Con todas sus diferencias, la obra tiene algunos motivos en común con un cuento fundante del género policial argentino, «La bolsa de huesos» (1896) de Eduardo Holmberg. Crimen, psicoanálisis y años de plomo: el cóctel resulta irresistible. A todo esto se le suma el prestigioso tema del doble. Cabe suponer que las cosas se pondrán cada vez más difíciles y más interesantes para quienes sueñen despiertos, página a página, con su pesadilla, de la que sin embargo no se desea despertar.»