Perséfone

Hier soir, de paso por la residencia de verano, le palais sur les rives du Paraná, ya en sus aposentos con los ojos cansados de leer a la luz de un candil, Su Majestad repasó el día.

La journeé dans le palais il y avait eu trés agiteé: los cisnes de cuello negro amenazaron abandonar sus recientes crías a causa del fracaso del implante de algas planctónicas de la marisma artificial en el lago del jardin de l’Est. LEER MÁS …

Voto de Castidad

Mañana la dejo. Todavía no sé cómo haré sin ella. Cómo será cada noche luego de la cena, ese vacío hermético, el silencio eterno, un hueco en el pecho que conozco muy bien. Otra vez estrenando soledad.

No sospecha cuánto veo cuando la miro. Su vitalidad, su destreza y precisión en cada movimiento, su andar ligero y seguro; es liviana. Cada noche, luego de la cena, me dedico a mirarla. Llega a casa un par de horas después que yo. Por ejemplo, hoy, lunes, en este mismo momento, va y viene por las habitaciones, haciendo cosas a su paso: levanta algo del suelo; toma un libro de la mesa y lo guarda en un estante; se vuelve hacia la biblioteca y enciende el equipo de música, baila unos pasos; se dirige a la cocina, se acerca a la heladera y toma un vaso de agua. LEER MÁS …

Besos

“Las palabras es todo lo que tenemos”.
Samuel Beckett

Entro al bar, elijo y me siento.
En una mesa doble conversan un hombre y una muchacha sentados uno al lado del otro, dándome la cara. Detrás, también de frente y en un segundo plano, una mujer fea almuerza. Un tanto hacia mi derecha y cerca, están ellos. Más lejos y en el centro, la mujer sola.
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